Dios le dio lo que pidió
- Sergio Daldi
- hace 2 dĆas
- 3 Min. de lectura
Tal vez 2025 fue el aƱo mĆ”s duro de tu vida. Un aƱo de desgaste, de batallas internas, de puertas cerradas y fuerzas al lĆmite. Pero nada de lo que viviste tiene el poder de cancelar la esperanza. JabĆ©s nos recuerda que el dolor no define el final de la historia cuando decidimos hablar con Dios sin miedo y sin lĆmites.

9-10 JabĆ©s fue mejor que sus hermanos, un varón honorable. Su madre lo llamó JabĆ©s (Ā”QuĆ© dolor!), porque dijo: «”Parto doloroso! Ā”Lo di a luz en gran dolor!Ā». Este oró al Dios de Israel asĆ: «”BendĆceme, oh, bendĆceme! Dame tierra, grandes parcelas de tierras; y brĆndame tu protección personal; no permitas que el mal me alcanceĀ». Dios le dio lo que pidió.
1 Crónicas 4:9ā10 Biblia El Mensaje
JabĆ©s nació marcado por el dolor. Su nombre no evocaba promesas ni expectativas, sino sufrimiento. Sin embargo, hay algo que este pasaje deja muy claro: JabĆ©s no permitió que su origen determinara su destino. En lugar de resignarse, hizo lo mĆ”s valiente que alguien puede hacer despuĆ©s de una temporada difĆcil: oró.
Cuando JabĆ©s le dice a Dios: āBendĆcemeā, no estĆ” pidiendo un favor pequeƱo ni una ayuda parcial. EstĆ” diciendo, en esencia: necesito todo lo que viene de Ti. No estĆ” negociando, no estĆ” midiendo, no estĆ” reduciendo su oración para que suene razonable. EstĆ” confiando en que Dios es lo suficientemente grande como para bendecirlo por completo.
Ā Ā Ā Ā Ā Luego se anima a pedir algo todavĆa mĆ”s desafiante: āDame tierra, grandes parcelasā. JabĆ©s no ora para sobrevivir, ora para crecer. No pide apenas lo necesario para pasar el mes, sino espacio para avanzar, para expandirse, para vivir una vida que no estĆ© limitada por el miedo. CuĆ”ntas veces nuestras oraciones quedan atrapadas en el āalcanza justoā, cuando Dios nos invita a pensar en grande, a creer que hay mĆ”s.
     Después, Jabés pide protección. No desde la paranoia, sino desde la conciencia de que sin Dios nada tiene sentido. EstÔ pidiendo la presencia activa del Señor sobre su vida, ese cuidado constante que envuelve, guarda y sostiene aun cuando no entendemos todo lo que sucede. Es la seguridad de saber que no caminamos solos.
Ā Ā Ā Ā Ā Finalmente, ora con una convicción profunda: āNo permitas que el mal me alcanceā. No es una frase ingenua, es una declaración de confianza. JabĆ©s cree que Dios tiene el poder de poner lĆmites al mal, de cerrar puertas al dolor innecesario, de cubrir la vida con Su mano. Y el texto termina de una manera contundente, sin adornos ni explicaciones largas:
Dios le dio lo que pidió.
     No dice que dudó, no dice que lo postergó, no dice que lo redujo. Dios respondió. Punto.
     Tal vez este año te dejó cansado, golpeado o con preguntas abiertas. Pero Jabés nos enseña que el pasado no cancela el futuro, y que pedirle a Dios cosas grandes no es arrogancia, es fe. De cara a 2026, este es el momento de volver a orar sin achicarnos, sin disculpas, sin miedo. Dios sigue siendo el mismo. Y sigue respondiendo.
Aplicación prĆ”ctica ā Una meta clara para 2026
Antes de que empiece 2026, tomate un momento a solas con Dios y definà una meta espiritual clara: orar como Jabés. No como una fórmula, sino como una actitud del corazón.
     Decidà que en 2026 no vas a orar solo para sobrevivir, sino para crecer. Que tus oraciones no estén marcadas por el miedo, el cansancio o las heridas de 2025, sino por la fe en un Dios que sigue siendo grande. Animate a pedirle bendición completa, sin achicar el pedido ni pedir disculpas por soñar en grande.
Ā Ā Ā Ā Ā PonĆ© nombre a tus āparcelasā para este nuevo aƱo. ĀæQuĆ© Ć”reas necesitĆ”s que Dios ensanche? ĀæTu familia, tu trabajo, tu economĆa, tu llamado, tu ministerio, tu salud interior? Escribilo. Decilo en voz alta. Oralo con convicción.
Ā Ā Ā Ā Ā Y hacĆ© de esta una decisión firme: entrar a 2026 confiando en la protección de Dios, creyendo que Su mano estĆ” sobre tu vida y que el mal no tiene la Ćŗltima palabra. No porque no habrĆ” desafĆos, sino porque no los enfrentarĆ”s solo.
Ā Ā Ā Ā Ā Que esta sea tu meta para 2026:
orar sin lĆmites, creer sin reservas y pedirle a Dios con la certeza de que Ćl sigue respondiendo.
Oración
SeƱor, hoy decido volver a pedirte sin miedo. No quiero oraciones pequeƱas para un Dios grande. BendĆceme, ensĆ”nchame, protĆ©geme y guardĆ” mi vida del mal. Aunque haya atravesado tiempos difĆciles, elijo creer que TĆŗ seguĆs obrando y que lo mejor todavĆa estĆ” por delante. AmĆ©n.
No es soberbia pedirle mucho a Dios. Es fe.

Sergio Daldi
CEO & PresidenteĀ
Grupo Nivel Uno / Casa Creacion

