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Leyendo por el agua

Preguntas frecuentes

¿Quién tradujo El Mensaje?

La Biblia El Mensaje fue traducida por Eugene Peterson, un pastor con alma de poeta y corazón de guía. Amado por muchos, fue también teólogo, autor de numerosos libros y alguien profundamente respetado en el mundo cristiano. Pero, sobre todo, Eugene era un pastor de personas reales, no un académico distante.

     Pasó su vida acompañando a la gente en los momentos más humanos: en hospitales, cocinas, estacionamientos, iglesias… escuchando sus preguntas, sus dolores, sus anhelos. Fue desde ese lugar —no desde un escritorio aislado, sino desde el corazón del pueblo de Dios— que surgió esta traducción.

     El Mensaje nació del deseo de Eugene de que cada persona pudiera escuchar la voz de Dios como si le hablara directamente al oído. Con un profundo conocimiento del hebreo y el griego bíblicos, y una pasión por comunicar la verdad con claridad y belleza, Eugene puso en nuestras manos una Biblia que suena como la vida misma.

¿Cuándo se publicó por primera vez El Mensaje?

El Mensaje no apareció de una sola vez. Fue el fruto de un proceso profundo y cuidadoso que tomó nueve años, en los que Eugene Peterson fue traduciendo, orando y escuchando a Dios en cada paso.

    La primera parte que se publicó fue el Nuevo Testamento, en el año 1993. Luego vinieron los Libros de Sabiduría del Antiguo Testamento en 1998, seguidos por los Profetas en el 2000, el Pentateuco (los primeros cinco libros) en 2001, y finalmente los Libros Históricos en el 2002.

    Ese mismo año, 2002, se publicó por completo toda la Biblia El Mensaje, siguiendo el canon bíblico tradicional protestante. Desde entonces, millones de personas han redescubierto la voz de Dios en un lenguaje que llega directo al corazón.

¿Qué textos se usaron para traducir El Mensaje?

Eugene Peterson trabajó directamente con los textos originales en hebreo y griego. Como todo buen traductor, buscó cuidadosamente palabras en un lenguaje actual que transmitieran con fidelidad el significado profundo de esos textos antiguos.

     Pero El Mensaje no busca sonar académico ni complicado. Eugene también se propuso capturar el tono y la forma de hablar de la gente en los tiempos bíblicos: directa, cotidiana, llena de emociones reales. Por eso, más que traducir palabra por palabra, eligió un lenguaje que suene como una conversación viva, para que podamos escuchar la voz de Dios como si nos hablara personalmente, aquí y ahora.

     No fue un esfuerzo por cambiar el contenido, sino por hacerlo accesible y transformador para quienes buscan escuchar con el corazón abierto.

¿Qué tipo de traducción es El Mensaje?

El Mensaje sigue lo que podríamos llamar una filosofía de “equivalencia contemporánea”. Esto significa que se ubica entre dos enfoques comunes: las traducciones más tradicionales que intentan ser palabra por palabra, y aquellas que buscan expresar el sentido general del texto en un lenguaje que las personas realmente entiendan.

     Eugene Peterson no trabajó con otras traducciones, sino directamente con los idiomas originales de la Biblia: el hebreo y el griego. Su meta fue captar no solo el significado, sino también el tono, el ritmo y la intención de los escritores bíblicos, y transmitirlo en un lenguaje claro, actual y profundamente humano.

     Aunque fue él quien realizó toda la traducción, dos equipos de expertos en Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento)revisaron cuidadosamente su trabajo. Por eso, aunque no fue un comité quien tradujo palabra por palabra, El Mensajemantiene una fidelidad genuina a los textos originales y a la intención de sus autores.

     El resultado es una Biblia que suena como una conversación directa con Dios, sin perder la riqueza ni la profundidad del mensaje eterno.

¿Cómo se compara El Mensaje con otras traducciones?

Al igual que la mayoría de las Biblias, El Mensaje es una traducción fiel de los textos originales de las Escrituras, pero expresada en un lenguaje actual que suena como nuestra vida cotidiana.

     Existen diferentes enfoques para traducir la Biblia. Algunos buscan una traducción palabra por palabra, ideal para estudios académicos profundos, aunque a veces difíciles de leer. Otros priorizan la facilidad de lectura, aunque pueden perder ciertos matices del idioma original.

     El Mensaje se ubica en un punto de equilibrio. Eugene Peterson no solo tradujo palabras, sino también los conceptos, imágenes y expresiones culturales antiguas, para que hoy podamos escuchar la voz de Dios con claridad, belleza y frescura.

     Aunque Eugene nunca pensó El Mensaje como una “Biblia de estudio”, muchos la encuentran invaluable como una segunda Biblia. Es ideal para redescubrir pasajes que ya conocíamos… y sentir que Dios nos habla de una forma nueva y profundamente personal.

¿Por qué El Mensaje es una buena Biblia para nuevos creyentes?

Aunque El Mensaje es valiosa para cualquier persona en su caminar espiritual, muchos la han descubierto como una “primera Biblia” ideal para quienes recién comienzan su relación con Dios o están leyendo la Biblia por primera vez.

    Su lenguaje es claro, actual y cercano, pero sin perder la fidelidad al texto original. No necesitas conocimientos previos ni un trasfondo teológico para entenderla. Simplemente abrís las páginas… y sentís que Dios te está hablando de manera directa, como un Padre que te conoce y te ama.

    Lo más hermoso es que quienes comienzan leyendo El Mensaje… no quieren dejar de leerla. Es una puerta abierta para encontrarte con la verdad, la esperanza y el amor de Dios desde el primer día.

Ya he leído otras traducciones… ¿por qué debería considerar leer El Mensaje?

Hoy en día contamos con muchas traducciones valiosas de la Biblia, y cada una aporta algo especial. El Mensaje ofrece una contribución única: es una versión que llega al corazón, tanto de quienes recién se acercan a la fe como de creyentes con años de experiencia… incluso de personas que nunca se imaginaron leyendo la Biblia.

     Su estilo cercano, directo y profundamente humano ha sido una puerta de entrada para muchos que se sentían desconectados de otras traducciones. Pero también ha sido una sorpresa refrescante para lectores de toda la vida: pasajes que creíamos conocer se abren con nueva luz, gracias a la forma en que Eugene Peterson logró traducir el mundo de las Escrituras al mundo de hoy.

     Leer El Mensaje es como si Dios te hablara de una manera nueva… pero con la misma verdad de siempre. Y eso puede cambiarlo todo.

¿Por qué El Mensaje es útil para enseñar y predicar?

Eugene Peterson no creó El Mensaje como una herramienta para estudios bíblicos técnicos o académicos. Pero en su vida como pastor, descubrió algo poderoso: muchas personas se perdían en el lenguaje, y eso les impedía captar la belleza, la fuerza y los grandes temas de las Escrituras.

     Su tarea como predicador consistía, en gran parte, en traducir el mundo de la Biblia al mundo de hoy, ayudando a su congregación a ver que la Palabra seguía viva, actual y profundamente relevante. De ese corazón pastoral nació El Mensaje.

     Por eso, muchos pastores y maestros han encontrado en esta versión giros de frase que iluminan pasajes conocidos, y expresiones que acercan la Biblia al corazón de la congregación. El Mensaje no reemplaza otras traducciones, pero puede ser un recurso valioso para comunicar con claridad y profundidad lo que Dios quiere decir... hoy.

¿Qué hace que El Mensaje sea fiel y confiable?

Eugene Peterson se acercó a este proyecto con una pasión profunda por el evangelio, un conocimiento íntimo de las Escrituras en griego y hebreo, y una preparación académica sólida: obtuvo una maestría en Lenguas Semíticas en la Universidad Johns Hopkins. Pero más allá de sus credenciales, fue pastor por 35 años, y tradujo la Biblia con el mismo amor y compasión pastoral que los autores del Nuevo Testamento mostraban por las comunidades a las que escribían.

     Cuando Eugene comenzó a traducir El Mensaje, no usó comentarios ni traducciones al inglés. Solo tenía delante los textos originales, en hebreo y griego. Ese enfoque directo y puro le permitió evitar los filtros y sesgos que, a veces, influyen en quienes dependen de otras versiones para traducir.

     Su trabajo ha sido valorado por muchos estudiosos de la Biblia, quienes reconocen no solo su dominio de los idiomas originales, sino también la autenticidad y frescura con la que logró transmitir el mensaje eterno de la Palabra. Esa claridad no diluye el contenido; lo hace más accesible y profundamente fiel.

     Además, Eugene no estuvo solo. Un grupo de cinco expertos en el Nuevo Testamento —todos reconocidos especialistas en griego bíblico— actuaron como asesores para asegurar la fidelidad de la traducción:

  • Dr. William W. Klein (presidente), Denver Seminary

  • Dr. Darrell L. Bock, Dallas Theological Seminary

  • Dr. Donald A. Hagner, Fuller Theological Seminary

  • Dr. Moisés Silva, Westminster Theological Seminary

  • Rev. Dr. Rodney A. Whitacre, Trinity Episcopal School for Ministry

También participaron quince eruditos del Antiguo Testamento, quienes revisaron cuidadosamente todo el texto hebreo:

  • Robert L. Hubbard, Jr. (presidente), North Park Theological Seminary

  • Richard E. Averbeck, Trinity Evangelical Divinity School

  • Bryan E. Beyer, Columbia International University

  • Lamar E. Cooper, Sr., Criswell College

  • Peter E. Enns, Eastern University

  • Duane A. Garrett, The Southern Baptist Theological Seminary

  • Donald R. Glenn, Dallas Theological Seminary

  • Paul R. House, Beeson Divinity School, Samford University

  • V. Philips Long, Regent College

  • Tremper Longman III, Westmont College

  • John N. Oswalt, Asbury Theological Seminary

  • Richard L. Pratt, Jr., Reformed Theological Seminary

  • John H. Walton, Wheaton College

  • Prescott H. Williams, Jr., Austin Presbyterian Theological Seminary

  • Marvin R. Wilson, Gordon College

     Gracias a este trabajo conjunto —riguroso, espiritual y apasionado— El Mensaje ha llegado a ser una Biblia confiable, fresca y profundamente fiel al corazón de Dios.

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