El hambre que solo Dios puede llenar
- Sergio Daldi
- 24 oct 2024
- 1 Min. de lectura
En este versículo, Jesús nos enseña que aquellos que buscan a Dios con un hambre genuina serán verdaderamente saciados. No habla de un hambre física, sino de un anhelo profundo del alma, una necesidad de encontrar el propósito y la plenitud que solo Dios puede dar. A menudo intentamos llenar ese vacío con las cosas de este mundo: éxito, reconocimiento, posesiones o relaciones, pero solo Dios puede saciar nuestro apetito espiritual de manera completa y permanente. Él es nuestra verdadera satisfacción, la comida que nunca se acaba, el agua que quita toda sed.
Bendecidos los que tienen apetito por Dios,
pues él es la mejor comida y la mejor bebida que disfrutarán.
—Mateo 5:6 - Biblia El Mensaje
Aplicación Práctica:
Hoy, reflexiona en lo que estás buscando para saciar tu vida. ¿Estás tratando de llenar el vacío con cosas temporales? Haz una pausa y evalúa tus prioridades. Pídele a Dios que ponga en ti un hambre por su presencia, por su palabra y por su propósito para tu vida. Permítele ser tu sustento diario y busca alimentar tu espíritu con su amor y sabiduría.
Oremos:
Señor, en este día te pido que despiertes en mí un hambre por ti. Ayúdame a buscarte por encima de cualquier cosa que el mundo ofrezca. Sé mi sustento, mi fortaleza y mi satisfacción. Que en ti encuentre la verdadera plenitud que mi alma necesita. Amén.
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