Dios te está preparando en silencio
- Sergio Daldi
- hace 4 días
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Cuando parece que nada cambia, Dios sigue trabajando. Aunque no veas resultados, el cielo no está quieto: Dios está preparando tu futuro en silencio.

1-4 Más tarde, cuando la cólera del rey Asuero se había calmado, comenzó a tener dudas sobre lo que Vasti había hecho y lo que había ordenado contra ella, entonces los jóvenes asistentes del rey intervinieron y le propusieron: «Empecemos a buscar jóvenes vírgenes y hermosas para el rey; que nombre funcionarios en cada provincia de su reino para que traigan a todas las jóvenes vírgenes hermosas al complejo palaciego de Susa y al harén dirigido por Jegay, el eunuco que supervisa a las mujeres; él las someterá a sus tratamientos de belleza. Entonces, que la joven que mejor complazca al rey sea nombrada reina en lugar de Vasti».
Al rey le gustó este consejo y lo aceptó.
* * *
5-7 Había un judío que vivía en el complejo del palacio de Susa. Se llamaba Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Quis, un benjamita. Sus antepasados habían sido llevados cautivos por Nabucodonosor rey de Babilonia junto con los exiliados y el rey Jeconías de Judá. Mardoqueo había criado a su prima Jadasá, también conocida como Ester, ya que no tenía padre ni madre. La joven tenía una buena figura y un bello rostro. Tras la muerte de sus padres, Mardoqueo la había adoptado.
8 Cuando la orden del rey se hizo pública, muchas jóvenes fueron llevadas al palacio de Susa y entregadas a Jegay, que era el supervisor de las mujeres. Ester estaba entre ellas.
9-10 Ester agradó a Hegai y este tomó especial interés en ella. De inmediato comenzó sus tratamientos de belleza, le determinó alimentos exclusivos, le asignó siete doncellas personales del palacio, y la puso a ella y a sus criadas en las mejores habitaciones del harén. Ester no dijo nada sobre su origen familiar y racial porque Mardoqueo le había dicho que no lo hiciera.
11 Todos los días Mardoqueo se paseaba por el patio del harén para saber cómo le iba a Ester y tener noticias de lo que estaba haciendo.
12-14 A cada joven le llegaba el turno de presentarse ante el rey Asuero después de haber completado los doce meses de tratamientos de belleza prescritos: seis meses de tratamiento con aceite de mirra seguidos de seis meses con perfumes y diversos cosméticos. Cuando llegaba el momento de ir a ver al rey, se le daba lo que quisiera llevar cuando saliera del harén para ir a los aposentos del rey. Iba allí al anochecer y por la mañana retornaba a un segundo harén supervisado por Saasgaz, el eunuco a cargo de las concubinas. Nunca más volvía a presentarse ante el rey, a menos que este sintiera una atracción especial por ella y la llamara por su nombre.
15 Cuando llegó el momento de que Ester fuera ante el rey (Ester, la hija de Abihail, tío de Mardoqueo, a quien este había adoptado como hija), no pidió otra cosa que lo que Jegay, el eunuco del rey a cargo del harén, le había recomendado. Ester, tal como era, se ganó la admiración de todos los que la vieron.
16 Fue llevada ante el rey en el palacio real en el décimo mes, el mes de tébet, en el séptimo año del reinado de Asuero.
17-18 El rey se enamoró de Ester mucho más que de sus otras mujeres o que de todas las otras vírgenes: quedó totalmente prendado de ella. Puso una corona real sobre su cabeza y la nombró reina en lugar de Vasti. Luego ofreció un gran banquete a todos sus nobles y funcionarios, «el banquete de Ester». Proclamó un día de fiesta para todas las provincias y repartió regalos con gran generosidad.
Ester no eligió su historia. No buscó entrar al palacio, no pidió ser parte del concurso, ni imaginó que una decisión del rey cambiaría su destino.
Pero, mientras los demás veían un proceso humano —de belleza, poder y política—, Dios veía un plan divino en marcha.
Durante meses, Ester vivió un proceso oculto. Nadie sabía lo que Dios estaba tejiendo, y ella tampoco lo entendía.
Pero no se resistió: aceptó el proceso, confió, fue fiel donde la colocaron, y “se ganó la admiración de todos los que la vieron” (v.15).
Su obediencia silenciosa la estaba posicionando para un propósito que todavía no conocía.
Y así trabaja Dios también con nosotros.
Pasamos por cambios, silencios y etapas que parecen no tener sentido. Oramos y no vemos resultados.
Pero el hecho de no ver nada no significa que no esté pasando nada.
El favor, la oportunidad y el propósito ya se están preparando, aunque todavía no los veas.
Quizás hoy te sentís como Ester: fuera de lugar, sin entender qué hace Dios con todo lo que estás viviendo.Pero este devocional es para recordarte algo: Dios no improvisa; Dios te está preparando en silencio.
Cada etapa, cada espera, cada puerta que se cerró, cada lágrima que secaste, forman parte del camino que te lleva al propósito que Él está construyendo.
Aplicación práctica - Dios te está preparando en silencio
No confundas silencio con ausencia. Dios está trabajando, aunque no lo veas.
Aceptá el proceso. Lo que hoy parece un desvío puede ser el camino correcto.
Mantené tu fe activa. No bajes los brazos mientras esperás; el favor viene en camino.
Oración
Señor, gracias porque aun cuando no entiendo, sé que estás obrando. Dame paz mientras espero, sabiduría para no rendirme y confianza para creer que tu plan es perfecto. Gracias por prepararme, incluso en silencio. Amén.
Dios no improvisa: mientras tú esperas, Él te está preparando.

Sergio Daldi
CEO & Presidente
Grupo Nivel Uno / Casa Creacion
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