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  • Foto del escritorSergio Daldi

Muévete hasta aguas profundas

Actualizado: 3 sept

Fracasamos en muchas cosas y de muchas maneras. El fracaso puede ir acompañado de sentimientos de insuficiencia y vergüenza que nos hacen querer rendirnos. La singularidad del evangelio no es que nos haga hacer algo completamente nuevo, sino que nos envía de vuelta a lo que hemos estado haciendo todo el tiempo, pero esta vez con Jesús. Aquí, al principio de Lucas 5, vemos cómo se desarrolla esto.



Capítulo 5

1-3 En cierta ocasión estaba de pie en la orilla del lago de Genesaret, y la multitud se apretujaba alrededor de él para oír mejor la palabra de Dios. Él notó que había dos barcas atadas. Los pescadores las habían dejado ahí justamente y estaban lavando sus redes. Así que se subió a la barca que era de Simón y le pidió que se alejara un poco de la orilla. Se sentó ahí y, usando la barca como púlpito, enseñó a la multitud.

4 Cuando terminó de enseñar, le dijo a Simón:

—Ve hacia aguas profundas y echa tus redes para pescar.

5-7 Simón dijo:

—Maestro, ya estuvimos toda la noche intentando pescar y no atrapamos ni un pececillo; pero si tú lo dices, echaré las redes.

No terminaba de decirlo cuando atrapó una cantidad enorme de peces, tantos que las redes no podían contenerlos. De modo que les hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos, y llenaron las dos barcas al punto que casi se hundían por lo que habían pescado.

8-10 Cuando vio eso, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús.

—Apártate de mí, Señor, porque soy pecador y no puedo tratar con lo santo. Déjame solo.

Cuando sacaron esa cantidad de peces, Simón y todos los que estaban con él quedaron sobrecogidos de asombro. Pasó lo mismo con Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que trabajaban con Simón.

10-11 Jesús le dijo a Simón:

—No hay nada que temer. De ahora en adelante van a pescar hombres y mujeres.

Llevaron sus barcas hasta la playa, las dejaron con redes y todos los equipos, y lo siguieron.

 

Reflexión Bíblica

Jesús nos invita a ir más allá de nuestras fallas y limitaciones, a dejar atrás el miedo al fracaso y a confiar en su dirección. Simón Pedro, a pesar de haber pasado toda la noche sin éxito, eligió confiar en la palabra de Jesús. Y esa simple obediencia lo llevó a experimentar una bendición más allá de lo que podía imaginar. Así también, cuando nos movemos hacia las aguas profundas de la fe, siguiendo la guía de Jesús, podemos descubrir que lo imposible se vuelve posible. No se trata de nuestras habilidades o de nuestros esfuerzos, sino de la presencia de Jesús en nuestra vida, que transforma nuestras circunstancias y nos lleva a un lugar de abundancia y propósito.


Oremos:

Señor Jesús, hoy reconozco que muchas veces me he sentido insuficiente y derrotado por mis fracasos. Pero en este momento elijo confiar en tu palabra y seguirte hacia aguas profundas. Ayúdame a dejar el miedo atrás y a caminar en fe, sabiendo que contigo a mi lado, lo que parece imposible se vuelve posible. Llévame a nuevas alturas en mi vida, no por mi fuerza, sino por tu gracia y poder. Gracias porque siempre estás conmigo, transformando mi vida y llevándome a cumplir tu propósito. Amén.


 


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6 Comments

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Guest
Sep 06

Me encantó mucho, gracias a Dios y Dios les bendiga

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Guest
Sep 03
Rated 5 out of 5 stars.

Me gustó mucho

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Guest
Sep 03
Rated 5 out of 5 stars.

Buenas reflexión, sigan adelanté animando personas a seguir a Jesús .

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Guest
Sep 03
Rated 5 out of 5 stars.

Muy buena enseñanza.

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Guest
Jun 22
Rated 5 out of 5 stars.

Dios sigue siendo bueno. Es por su gracia y su amor.

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