El abrazo que siempre estuvo ahí

Por Sergio Daldi

En el Día del Padre, quiero compartir una reflexión muy personal. Tal vez vos también perdiste a tu papá, o quizás aún lo tenés a tu lado. Este mensaje es para todos: para los que extrañan, para los que agradecen, y sobre todo, para los que necesitan recordar que Dios es el Padre que nunca falta.

Padre abrazando con ternura a su hijo, representando el abrazo del Padre

Cuando todavía estaba muy lejos, su padre lo vio. Con el corazón saltándole en el pecho, corrió, lo abrazó y lo besó.

—Lucas 15:20

Hay ausencias que marcan para siempre. Un padre que no llega, una voz que ya no se escucha, un abrazo que uno soñó tantas veces recibir.

Mi papá fue pastor. Un hombre entregado a Dios, lleno de fe, de ternura, de convicciones profundas. Pero a los 39 años, el cáncer se lo llevó. Yo apenas tenía 5 años y unos meses.Me quedaron pocos recuerdos, pero todos hermosos. Recuerdos que mi mamá cuidó con amor para que su figura nunca se borrara de mi corazón.

     Después de muchos años, no puedo evitar pensar en cuántos momentos de mi vida hubiese querido tener a mi papá cerca: para preguntarle algo, para reírnos juntos, para llorar sin miedo, o simplemente para abrazarlo. Para oír de su boca esas palabras que todo hijo necesita: “Estoy orgulloso de vos.”

     Pero en medio de todo eso, descubrí una verdad que me sostiene: Dios no solo es mi Señor. Es mi Papá.Y aunque no pude tomar de la mano al padre que me trajo al mundo, he sentido la mano firme y tierna del Padre eternoque nunca me soltó.

     Él estuvo allí cuando me equivoqué. Me sostuvo cuando no sabía a dónde ir. Y celebró en silencio cuando logré lo que parecía imposible.Él me ha abrazado en lo invisible. Me ha guiado en lo profundo. Me ha amado desde siempre.

El hijo pródigo volvió con miedo. Pero el Padre no esperó en la puerta. Corrió hacia él. Lo abrazó con fuerza. Lo cubrió de besos.Ese es el Padre que tengo. Ese es el Padre que tienes.

     Y sin embargo, hay algo que me duele ver en esta generación: tantos jóvenes desconectados, distraídos, indiferentes hacia sus padres. Vivimos en un mundo que ha elevado el egoísmo y el “yo primero” a tal nivel, que muchos no se dan cuenta del regalo que tienen… hasta que ya no lo tienen más.

Aplicación práctica:

Si alguna vez sentiste la falta de un abrazo, una palabra o una presencia paternal… Dios sabe lo que eso dejó en tu alma. Y te dice hoy:“Nunca estuviste solo. Yo fui el que te sostuvo.”

     Y si hoy todavía tenés a tu papá contigo, no esperes a que falte para darte cuenta de lo que significa.Abrazalo. Honralo. Decile cuánto lo amás.A veces creemos que tenemos tiempo… pero el verdadero tiempo es ahora.

     El abrazo que no das hoy, lo vas a extrañar mañana.

Oración:

Padre eterno, gracias por ser mi refugio cuando necesité consuelo, y mi aplauso cuando no tuve a quién mirar. Gracias por llenar cada espacio vacío con tu presencia fiel.Hoy oro también por quienes aún tienen a su papá: dales amor, tiempo, ternura y gratitud.Y a mí, recuérdame cada día que aunque falte todo, Tú nunca faltas. Tú siempre estás. Tú eres mi Papá. Amén.

Sergio Daldi

Sergio Daldi

CEO & Presidente 

Grupo Nivel Uno / Casa Creacion

www.bibliaelmensaje.com

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