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  • Foto del escritorSergio Daldi

Cómo encontrar la voluntad de Dios

No se adapten tanto a su cultura a nivel que encajen en ella sin ni siquiera pensarlo. En vez de eso, fijen su atención en Dios y cambiarán desde su interior hacia afuera.

—Romanos 12:2

Romanos 12:1-2

Presenten su vida ante Dios

1-2 Esto es lo que quiero que hagan con la ayuda de Dios: tomen su vida cotidiana y ordinaria (su dormir, su comer, su trabajar y todo lo que hacen) y entréguenla ante Dios como una ofrenda. Acoger lo que Dios hace por ustedes es lo mejor que pueden hacer por él. No se adapten tanto a su cultura a nivel que encajen en ella sin ni siquiera pensarlo. En vez de eso, fijen su atención en Dios y cambiarán desde su interior hacia afuera. Reconozcan sin problemas lo que él quiere de ustedes y respondan de inmediato a ello. A diferencia de la cultura que los rodea, que siempre los arrastra a su nivel de inmadurez, Dios saca lo mejor de ustedes y les hace desarrollar una madurez bien formada.

3 Les hablo con profunda gratitud por todo lo que Dios me ha dado y, sobre todo, porque tengo responsabilidades en relación con ustedes. Al vivir, entonces, como cada uno de ustedes lo hace, en pura gracia, es importante que no se confundan considerándose personas que le hacen un bien a Dios. No, él es el que les da todo a ustedes. La única manera correcta de vernos a nosotros mismos es a través de lo que Dios es y hace por nosotros, no por lo que nosotros seamos o hagamos por él.

4-6 En este sentido, somos como las partes de un cuerpo humano; cada una de ellas obtiene su significado del organismo en conjunto, no al revés. El cuerpo del que hablamos es el de los elegidos de Cristo. Cada uno encuentra su sentido y su función como parte de su cuerpo. Sin embargo, no serviríamos de mucho como un dedo cortado de la mano o del pie, ¿verdad? Entonces, ya que hemos sido moldeados en todas estas partes formadas de manera excelente, que funcionan de un modo maravilloso en el cuerpo de Cristo, sigamos adelante y cumplamos el propósito para el que fuimos diseñados, sin compararnos de forma envidiosa u orgullosa unos con otros, ni tratando de ser algo que no somos.

6-8 Si predican, solo expongan el mensaje de Dios, nada más; si ayudan, solo ayuden, no tomen el control; si enseñan, cíñanse a eso que enseñan; si dan orientación alentadora, tengan cuidado de no ser mandones; si les dan el control, no manipulen; si los llaman para prestar ayuda a personas en apuros, mantengan los ojos abiertos y sean rápidos para responder; si trabajan con los desfavorecidos, no se irriten ni se depriman por ellos. Hagan todo según la gracia que se nos ha dado. Y mantengan la sonrisa.


Alguna vez ha tenido dificultades para determinar la voluntad de Dios para su futuro. No se encuentra solo. Las preguntas son interminables. Una sigue a la otra. Cada nueva responsabilidad trae nuevas decisiones.

¿Cómo en este mundo sabemos qué es lo que Dios quiere? Para conocer la voluntad de Dios, debemos rendirnos totalmente a la voluntad de Dios. Nuestra tendencia es tomar la decisión por Dios.

No acuda a Dios con opciones y espere que él escoja una de sus preferencias. Acuda a él con manos vacías, sin agendas escondidas, sin dedos cruzados, sin nada detrás de su espalda. Acuda a él con la disposición de hacer lo que le diga. Si usted rinde su voluntad,

como dice Hebreos 13:21 él les proporcione todo lo que necesitan para agradarle. Es una promesa.


Aplicación práctica:

Rinde cada aspecto de tu vida diaria a Dios, desde lo más sencillo hasta lo más complejo. No busques imponer tus propios planes, sino entrégale todo a Él y confía en su dirección. Cuando nos rendimos sin reservas, Dios nos guía en Su perfecta voluntad.


Oración:

Señor, te entrego mi vida hoy. Guíame en cada decisión y ayúdame a confiar plenamente en tu plan. Que todo lo que haga sea para agradarte. Gracias por darme lo que necesito para hacer tu voluntad. Amén.


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